EL PRINCIPIO DE PRESUNCION DE INOCENCIA /// Abogados Asociados en Bolivia SUCRE
EN LA ANTIGUEDAD
la presunción de inocencia es un principio fundamental del
derecho penal que establece que toda persona debe ser considerada inocente
hasta que se demuestre su culpabilidad. Este principio se remonta a la antigua
Roma, donde era conocido como "presumptio innocentiae".
En el derecho romano, la presunción de inocencia era
considerada una garantía fundamental de los derechos de los ciudadanos. Se
creía que era mejor dejar en libertad a un culpable que condenar a un inocente,
por lo que se estableció que la carga de la prueba recaía sobre la acusación y
no sobre el acusado.
Además, en el derecho romano se estableció que la presunción
de inocencia era una protección no solo para los ciudadanos romanos, sino
también para los extranjeros y los esclavos. En el "Digesto" de
Justiniano, se establece que "todos los hombres son iguales ante la ley y
que ninguno puede ser condenado sin pruebas".
Sin embargo, es importante señalar que la presunción de
inocencia no era un concepto universal en la antigüedad. En la Grecia antigua,
por ejemplo, se creía que los acusados eran culpables hasta que se demostrara
lo contrario.
En resumen, la presunción de inocencia es un principio
fundamental del derecho penal que se remonta a la antigua Roma, donde era
considerado una garantía fundamental de los derechos de los ciudadanos. En el
derecho romano se estableció que la carga de la prueba recaía sobre la
acusación y no sobre el acusado, y que esta presunción de inocencia era una
protección para todos los hombres, incluyendo a los extranjeros y los esclavos.
Sin embargo, no era un concepto universal en la antigüedad, y en la Grecia
antigua se creía que los acusados eran culpables hasta que se demostrara lo
contrario.
EN LA EDAD MEDIA
Durante la Edad Media, la presunción de inocencia como la
entendemos hoy en día no existía en su forma actual. En cambio, el sistema
legal medieval se basaba en la idea de que el acusado era culpable hasta que se
demostrara su inocencia. Este enfoque se basaba en la idea de que Dios era el
juez final y que aquellos que eran culpables serían castigados en esta vida o
en la próxima.
Además, el proceso judicial durante la Edad Media a menudo
era muy diferente al sistema legal actual. Los juicios eran a menudo públicos y
se llevaban a cabo de manera rápida, sin el tipo de evidencia y pruebas
rigurosas que se esperan hoy en día. Los acusados a menudo se defendían a sí
mismos, ya que no existían abogados especializados en derecho como hoy en día.
A pesar de que la presunción de inocencia tal como la
entendemos hoy en día no existía, había algunos elementos del sistema legal
medieval que se parecían a ella. Por ejemplo, en algunos casos, un acusado
podía ofrecer su juramento como prueba de su inocencia. Si un acusado hacía un
juramento, y luego se le creía, se consideraba que había demostrado su
inocencia.
En resumen, durante la Edad Media no existía una presunción
de inocencia en el sentido moderno de la palabra. En su lugar, el sistema legal
medieval se basaba en la idea de que el acusado era culpable hasta que se
demostrara su inocencia. Sin embargo, había algunos elementos del sistema legal
medieval que se parecían a la presunción de inocencia, como el hecho de que un
acusado podía ofrecer su juramento como prueba de su inocencia.
EDAD MODERNA Y
ACTUALIDAD
Con la llegada de la Edad Moderna, el concepto de presunción de inocencia comenzó a desarrollarse y a establecerse en los sistemas jurídicos europeos. La presunción de inocencia se convirtió en una de las piedras angulares de los sistemas jurídicos modernos y en un principio fundamental de justicia penal.
Durante la Edad Moderna, la presunción de inocencia se estableció en la mayoría de los sistemas jurídicos como un principio fundamental. La presunción de inocencia se entendía como la idea de que un acusado era considerado inocente hasta que se demostrara su culpabilidad más allá de toda duda razonable. Esto significaba que la carga de la prueba recaía en el Estado o en la parte acusadora, y no en el acusado.
Este principio fue reconocido formalmente en muchas constituciones, leyes y tratados internacionales, incluyendo la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y la Convención Europea de Derechos Humanos de 1950. En la actualidad, la presunción de inocencia es un principio fundamental en la mayoría de los sistemas jurídicos modernos y se considera un derecho fundamental en cualquier proceso penal justo.
En la actualidad, la presunción de inocencia se ha convertido en un derecho fundamental para cualquier persona acusada de un delito en la mayoría de los sistemas jurídicos del mundo. Este derecho es considerado un componente esencial de un juicio justo y garantiza que los acusados sean tratados de manera justa y equitativa durante todo el proceso judicial.
En resumen, la presunción de inocencia ha evolucionado de una
ausencia de este principio en la Edad Media a ser uno de los pilares
fundamentales del sistema jurídico moderno en la actualidad. La presunción de
inocencia se ha convertido en un derecho fundamental en cualquier proceso penal
justo y se reconoce ampliamente como un principio fundamental de justicia.
EN BOLIVIA
Es importante tener en cuenta que la presunción de inocencia como la entendemos en la actualidad no existía en la época precolombina en los territorios que hoy se conocen como Bolivia. En cambio, las sociedades precolombinas en la región andina tenían sus propias formas de justicia y castigo.
En las sociedades andinas precolombinas, como la cultura Inca, la justicia era administrada por los gobernantes y los jueces, quienes se basaban en el concepto de justicia divina para determinar la culpabilidad o inocencia de un acusado. El proceso judicial a menudo involucraba rituales y ceremonias religiosas, y los acusados tenían la oportunidad de presentar su caso y defenderse.
En el Imperio Inca, por ejemplo, los gobernantes y jueces
consideraban que la persona acusada de un delito era inocente hasta que se
demostrara su culpabilidad. Sin embargo, la forma en que se demostraba la
culpabilidad podía ser muy diferente a lo que consideramos hoy en día como un
proceso justo. Por ejemplo, se podrían realizar pruebas como caminar sobre
brasas ardientes o beber veneno para demostrar la inocencia o culpabilidad de
un acusado.
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